Por Orlando Benítez Quintero
Después de 14 entradas lanzadas y con el brazo derecho soplado por la hinchazón, ‘El Morocho’ Herrera miró pidiéndole compasión a su manager, el brazo estaba que se le caía por el esfuerzo. El piloto de la novena de Villa Clara entendió el mensaje, miró para su precario ‘bull pen’, pero no había de donde y no le quedó de otra, le dio una palmada en la espalda a su estelar abridor y le dijo con autoridad: "¡Qué me miras, tú eres el mismo!"
Ese era Benito José Pastrana Gómez, un polifacético personaje del béisbol cordobés con apellido de presidentes godos, como él, quien toda su vida ha aplicado la misma orden dada a ese lanzador, al que por poco le acaba el brazo. ‘El Beni’ siempre "es el mismo" para lo que se presente. Comentarista deportivo, estadígrafo, manager de béisbol, ‘umpire’ o árbitro, anotador y compilador y hasta comentarista de corralejas. También: maestro de escuela pública, secretario de juzgado, juez, auxiliar de tesorería, secretario de Gobierno y hasta alcalde encargado de San Carlos. ¿Qué es lo que no ha hecho Benito?
Incursionó tarde en el béisbol, a los 40 años, y nunca jugó pelota a nivel competitivo. La radio fue su maestra, aprendió imaginándose las jugadas descritas por Pedro Nel Zapateiro, Álvaro Díaz Arrieta, Luis Guzmán Dumet y José Gabriel Montes, los narradores de la época grande del béisbol de primera en Córdoba.
Un día decidió poner en práctica lo que había aprendido a sus maestros de la banda AM y reunió un grupo de muchachos para conformar la primera novena de béisbol del caserío. De un roble caído hicieron sus pesados bates, de las viejas camas de tijera tomaron la lona rota para hacer las manillas, consiguieron rollos de esparadrapo para hacer una que otra pelota y cada jugador se compró su ‘amansa loco’, una camisa óptima para el trabajo campesino, que les servía como uniforme. La plaza principal del pueblo se convirtió en diamante. Practicando el auténtico béisbol de potrero -poca técnica y mucha fuerza- Guayabal participó en el campeonato departamental de ascenso, que era la segunda división del torneo de primera, y quién más podría ser el técnico, Benito. Entre triunfos y palizas en contra, los guayabeleros quedaron cuartos.
Después de esa experiencia y de haber ocupado un sinnúmero de cargos, se acabó su paso por la burocracia, la política lo sacó de San Carlos. Transcurría el año de 1985, Pastrana Gómez y su familia se fueron para Montería. ‘El Beni’ era un aprendiz de manager y decidió seguir metido para aprender más del béisbol.
Entonces se vinculó al Club Las Delicias, de la capital cordobesa como manager de categorías menores y no paró allí, pues también pasó por clubes como El Prado y Talentos, en el béisbol aficionado, y hasta en el profesionalismo con el Club Cardenales de Montería, del cual alcanzó a ser coach.
Fue campeón en todas las categorías menores. En primera se coronó 4 títulos como coach de Los Tigres, al lado del manager Rafael Imbert Salas, de quien dice estar muy agradecido porque fue al que más le ha aprendido. Además, fue dos veces subcampeón con la novena de San Antero. También fue subcampeón nacional con una selección de la categoría infantil.
Adolfo Gómez, Ever Ballesteros, ‘El Morocho’ Herrera, ‘Pilatico’ Rodríguez, Wiston Coy, Jorge Cordero, ‘Pimporro’ Jawasly, Ismael Morales, fueron algunos de los jugadores a su cargo.
Pero como siempre en su vida, Benito no podía hacer una sola cosa dentro de la pelota. Un día en un juego amistoso en el estadio 18 de Junio faltó alguien que se parara detrás del plato a cantar bolas y stikes y él dijo: "yo soy el mismo". Le quedó gustando, se vinculó al Colegio Departamental de Árbitros de Béisbol y luego a la Escuela Municipal de Árbitros de Montería. Hizo los cursos y tiene los carnés que lo acreditan, además, como anotador.
Detrás del plato, con pelotazos a 90 millas por hora, son muchas las anécdotas, pero tal vez la que más recuerda, porque a muchos les cuesta trabajo creerle, fue un juego donde los pitchers abridores poncharon a 34 bateadores. Recuerda que fue un partido entre San Bernardo del Viento y Cardenales en el estadio 18 de Junio. "Mi amigo Róbinson Suárez Ospino, quien narraba el juego, se molestó conmigo y decía que San Bernardo tenía un santo, San Benito", dice entre carcajadas y descarta que él les haya ayudado. Asegura que fueron ponches genuinos.
Al periodismo deportivo se vinculó en una entrevista. Un día, cuando terminó un juego de su novena Guayabal en el béisbol de ascenso, a Enrique Avilez Ortiz, quien transmitía por RCN, le gustaron sus comentarios. Sin embargo, la primera vez que lo invitó a transmitir algo, no fue precisamente un deporte, fue una corraleja. Le dijeron que si se le medía y dijo otra vez: "yo soy el mismo".
Ese fue el comienzo. Fundó el programa Por los Campos del Deporte y no dejó de alternar el deporte con los toros junto a Róbinson Monterrosa, Gustavo Rojas Gabalo (q.e.p.d.), Manuel García Segura y Eduardo Reyes Berrocal. Y no podía ser de otra forma, Benito, ha estado detrás de los micrófonos de casi todas las emisoras de Córdoba: La Voz de Montería, Radio Progreso de Córdoba, Radio Panzenú, Caracol, RCN y La Voz del Sinú de Todelar. Hasta incursionó en la televisión, hoy tiene el programa ‘Extra-inning’, que se transmite por el Canal Montería.
Ha hecho llave con los mejores narradores y comentaristas. Humberto González Kerguelén, Napoleón Perea, Marcos Pérez, Álvaro Díaz, Róbinson Suárez, Lucho Bula Calderín y Javi López, quienes han sido sus maestros y compañeros.
Benito Pastrana tiene 5 hijos, uno solo, Paulo César, se inclinó por el comentario deportivo y hoy es su compañero de fórmula. Vive en el barrio Edmundo López, de Montería, su pueblo natal. Este personaje de nuestro deporte dice que seguirá midiéndosele a todo en el béisbol, tanto que volverá a dirigir categorías menores con el club Asodesi de Montería. "Seguiré diciendo que soy el mismo hasta que se acabe mi vida. El béisbol no me ha dado plata, pero sí muchas relaciones y amigos", dice Benito sentado en una de las cabinas del 18 de Junio, de las que tantas veces ha mirado y comentado.
En ese mismo lugar confesó que casi le acaba el brazo con los 14 innigs a ‘el Morocho’, pero también asegura que solo aplicando su filosofía pudo ganar ese juego kilométrico.
Ese era Benito José Pastrana Gómez, un polifacético personaje del béisbol cordobés con apellido de presidentes godos, como él, quien toda su vida ha aplicado la misma orden dada a ese lanzador, al que por poco le acaba el brazo. ‘El Beni’ siempre "es el mismo" para lo que se presente. Comentarista deportivo, estadígrafo, manager de béisbol, ‘umpire’ o árbitro, anotador y compilador y hasta comentarista de corralejas. También: maestro de escuela pública, secretario de juzgado, juez, auxiliar de tesorería, secretario de Gobierno y hasta alcalde encargado de San Carlos. ¿Qué es lo que no ha hecho Benito?
Incursionó tarde en el béisbol, a los 40 años, y nunca jugó pelota a nivel competitivo. La radio fue su maestra, aprendió imaginándose las jugadas descritas por Pedro Nel Zapateiro, Álvaro Díaz Arrieta, Luis Guzmán Dumet y José Gabriel Montes, los narradores de la época grande del béisbol de primera en Córdoba.
Un día decidió poner en práctica lo que había aprendido a sus maestros de la banda AM y reunió un grupo de muchachos para conformar la primera novena de béisbol del caserío. De un roble caído hicieron sus pesados bates, de las viejas camas de tijera tomaron la lona rota para hacer las manillas, consiguieron rollos de esparadrapo para hacer una que otra pelota y cada jugador se compró su ‘amansa loco’, una camisa óptima para el trabajo campesino, que les servía como uniforme. La plaza principal del pueblo se convirtió en diamante. Practicando el auténtico béisbol de potrero -poca técnica y mucha fuerza- Guayabal participó en el campeonato departamental de ascenso, que era la segunda división del torneo de primera, y quién más podría ser el técnico, Benito. Entre triunfos y palizas en contra, los guayabeleros quedaron cuartos.
Después de esa experiencia y de haber ocupado un sinnúmero de cargos, se acabó su paso por la burocracia, la política lo sacó de San Carlos. Transcurría el año de 1985, Pastrana Gómez y su familia se fueron para Montería. ‘El Beni’ era un aprendiz de manager y decidió seguir metido para aprender más del béisbol.
Entonces se vinculó al Club Las Delicias, de la capital cordobesa como manager de categorías menores y no paró allí, pues también pasó por clubes como El Prado y Talentos, en el béisbol aficionado, y hasta en el profesionalismo con el Club Cardenales de Montería, del cual alcanzó a ser coach.
Fue campeón en todas las categorías menores. En primera se coronó 4 títulos como coach de Los Tigres, al lado del manager Rafael Imbert Salas, de quien dice estar muy agradecido porque fue al que más le ha aprendido. Además, fue dos veces subcampeón con la novena de San Antero. También fue subcampeón nacional con una selección de la categoría infantil.
Adolfo Gómez, Ever Ballesteros, ‘El Morocho’ Herrera, ‘Pilatico’ Rodríguez, Wiston Coy, Jorge Cordero, ‘Pimporro’ Jawasly, Ismael Morales, fueron algunos de los jugadores a su cargo.
Pero como siempre en su vida, Benito no podía hacer una sola cosa dentro de la pelota. Un día en un juego amistoso en el estadio 18 de Junio faltó alguien que se parara detrás del plato a cantar bolas y stikes y él dijo: "yo soy el mismo". Le quedó gustando, se vinculó al Colegio Departamental de Árbitros de Béisbol y luego a la Escuela Municipal de Árbitros de Montería. Hizo los cursos y tiene los carnés que lo acreditan, además, como anotador.
Detrás del plato, con pelotazos a 90 millas por hora, son muchas las anécdotas, pero tal vez la que más recuerda, porque a muchos les cuesta trabajo creerle, fue un juego donde los pitchers abridores poncharon a 34 bateadores. Recuerda que fue un partido entre San Bernardo del Viento y Cardenales en el estadio 18 de Junio. "Mi amigo Róbinson Suárez Ospino, quien narraba el juego, se molestó conmigo y decía que San Bernardo tenía un santo, San Benito", dice entre carcajadas y descarta que él les haya ayudado. Asegura que fueron ponches genuinos.
Al periodismo deportivo se vinculó en una entrevista. Un día, cuando terminó un juego de su novena Guayabal en el béisbol de ascenso, a Enrique Avilez Ortiz, quien transmitía por RCN, le gustaron sus comentarios. Sin embargo, la primera vez que lo invitó a transmitir algo, no fue precisamente un deporte, fue una corraleja. Le dijeron que si se le medía y dijo otra vez: "yo soy el mismo".
Ese fue el comienzo. Fundó el programa Por los Campos del Deporte y no dejó de alternar el deporte con los toros junto a Róbinson Monterrosa, Gustavo Rojas Gabalo (q.e.p.d.), Manuel García Segura y Eduardo Reyes Berrocal. Y no podía ser de otra forma, Benito, ha estado detrás de los micrófonos de casi todas las emisoras de Córdoba: La Voz de Montería, Radio Progreso de Córdoba, Radio Panzenú, Caracol, RCN y La Voz del Sinú de Todelar. Hasta incursionó en la televisión, hoy tiene el programa ‘Extra-inning’, que se transmite por el Canal Montería.
Ha hecho llave con los mejores narradores y comentaristas. Humberto González Kerguelén, Napoleón Perea, Marcos Pérez, Álvaro Díaz, Róbinson Suárez, Lucho Bula Calderín y Javi López, quienes han sido sus maestros y compañeros.
Benito Pastrana tiene 5 hijos, uno solo, Paulo César, se inclinó por el comentario deportivo y hoy es su compañero de fórmula. Vive en el barrio Edmundo López, de Montería, su pueblo natal. Este personaje de nuestro deporte dice que seguirá midiéndosele a todo en el béisbol, tanto que volverá a dirigir categorías menores con el club Asodesi de Montería. "Seguiré diciendo que soy el mismo hasta que se acabe mi vida. El béisbol no me ha dado plata, pero sí muchas relaciones y amigos", dice Benito sentado en una de las cabinas del 18 de Junio, de las que tantas veces ha mirado y comentado.
En ese mismo lugar confesó que casi le acaba el brazo con los 14 innigs a ‘el Morocho’, pero también asegura que solo aplicando su filosofía pudo ganar ese juego kilométrico.
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