martes, 31 de mayo de 2011

La reproducción de los votos

Un pueblo en el que el número de personas aptas para votar en las próximas elecciones superaría la población, otro en el que con la cantidad de inscritos podría elegir sin problemas un diputado y poblaciones recién creadas que doblaron su censo electoral en menos de tres años, son apenas algunas de las situaciones insólitas que dejó el proceso de inscripción de cédulas en Córdoba.

No hay menores, todos votanLa situación más increíble se registra en el municipio de Buenavista. Allí podrían haber más personas aptas para votar que habitantes en las elecciones del próximo 30 de octubre.
En el proceso de inscripción que se cerró el pasado 22 de mayo, se inscribieron 4 mil 248 cédulas en esta localidad. Si ese número de inscritos se le suma al último censo electoral para las elecciones presidenciales de junio de 2010 (16.334), el potencial de votantes alcanzaría los 20 mil 582 y si se tiene en cuenta que según el Departamento Nacional de Estadísticas (Dane), Buenavista tiene 20 mil 252 moradores, es decir, en este pueblo hay menos habitantes que electores. La diferencia sería 330 personas.
Y es que el número de inscritos supera sin problemas el número de votos con el que fue electo el actual Alcalde de esa municipalidad, Edwin Herazo Jiménez, del Partido Liberal, quien en las votaciones del 26 de octubre de 2007, sacó 4 mil 123 votos. Pero hay un antecedente más reciente, en la segunda vuelta presidencial (20 de junio de 2010), Juan Manuel Santos, actual mandatario de los colombianos, sacó 4 mil 356, casi el mismo número de personas inscritas en esta oportunidad.


En municipios como Buenavista y San José de Uré ya se preparan demandas contra el proceso de inscripción.
En Sahagún sacan un diputadoPero uno de los municipios que lideró la tabla de inscripciones en Córdoba, fue Sahagún, tierra de grandes ‘caciques’ políticos, uno de los pocos que se da el lujo de tener dos senadores (Musa Besaile y ‘Ñoño’ Elías). En esa ciudad de la Sabana se inscribieron un total de 15 mil 157 cédulas, una cifra nada despreciable para alguien que quiera aspirar, por ejemplo, a la Asamblea. Hay diputados como Guillermo ‘El Guillo’ Corrales, uno de los que ganó su curul sin problemas en las elecciones de 2007, que sacaron 15 mil 220 votos, casi el mismo número de inscripciones registradas en Sahagún o también el caso de Jorge Benítez, de Cambio Radical, que salió electo casi con la mitad de los sufragios de ‘El Guillo’, 7 mil 696.
La mano de los políticos y su trashumancia también se nota en Sahagún al comparar el censo electoral (85.717) que quedaría después del proceso de inscripción reciente y el censo de población. Según El Dane, este pueblo tiene 86 mil 189 habitantes, es decir, 472 de diferencia entre un censo y otro. Según esto, ese número es la cantidad de menores de edad que tiene Sahagún, cosa insólita pues la cifra no es ni la mitad de los estudiantes matriculados en la Institución Educativa El Nacional, apenas uno de los planteles educativos de dicha población.

Montería lleva la banderaA pesar de que se ha denunciado que muchos de los votos que trastean son de la capital de Córdoba, Montería no se quedó atrás en esta vieja práctica de nuestra política. La ciudad lidera el ranking de las inscripciones con 41 mil 775, una cifra no muy lejana, teniendo en cuenta el tamaño de la población, de la cantidad de votos que obtuvo Marcos Daniel Pineda García para convertirse en Alcalde de Montería, en 2007, que fue de 56.900.


En Moñitos se inscribieron más de 3 mil personas, casi la misma cantidad que eligió a José Hernández González, actual Alcalde. Pueblo chiquito...

Los nuevos se duplicanLlama también la atención como crecieron los potenciales electorales de los municipios más jóvenes del departamento: San José de Uré y Tuchín. Menos de dos años después de sus primeras elecciones populares para escoger alcaldes y concejales (14 de septiembre de 2008) estas localidades casi que duplican con las inscripciones en el número de sufragantes.
Vladimir Londoño, el suspendido y detenido Alcalde de Uré, llegó al primer cargo del joven municipio con 902 votos en unas elecciones en las que votaron 2 mil 057 uresanos. Para la contienda del 30 de octubre próximo ya más de 7 mil personas son las que estarían aptas para votar.
Para el caso de Tuchín que en su corto tiempo de vida administrativa ha tenido líos jurídicos porque había dudas sobre si tenía o no la población requerida para ser municipio (14 mil) hoy podrían haber 17 mil 662 ¿tuchineros? aptos para ejercer el derecho al voto. ¡Como cambian los tiempos!
Sumando, restando, multiplicando se podrían hallar muchas más curiosidades en este proceso electoral que se inició con toda la furia, por lo menos eso dejan estas cifras. Parece que los políticos compiten desde el día en que dijeron: las inscripciones están abiertas.

jueves, 26 de mayo de 2011

Dolor sobre dolor: uno a uno acabaron con sus hijos

Por Orlando Benítez Quintero
De mayor a menor, así acabaron con los hermanos Hernández Herrera, los cuatro hijos de Marcelino Hernández y Carmen Herrera, unos padres que se acostumbraron a enterrar a sus hijos y a vivir dolor sobre dolor.
En el rancho de palma de la finca La Guaca, ubicada sobre un alto de la vereda Las Manuelitas, corregimiento Bongamella, San Pelayo, se llora con resignación a Isidoro o ‘El Cuba’, como era más conocido, el menor y último sobreviviente de estos hermanos. A él lo mataron el 24 de mayo pasado, a las 3:30 de la tarde sobre el camino que baja de la mayoría de la finca La Guaca, a no más de un kilómetro de distancia. Iba en un mulo a picar una semilla de ñame para un cultivo que pensaba sembrar, cuando dos hombres en moto lo abordaron, cruzaron unas cuantas palabras con él y le pegaron cuatro tiros.
No pasaron 20 minutos y la noticia llegó a La Guaca, un vecino le fue a avisar a Marcelino Hernández, el padre de ‘El Cuba’, quien no dudó en salir para el lugar donde estaba el cuerpo del único hijo que le quedaba y en medio de un llanto de hombre fuerte, con el dolor por dentro, lo cargó en sus hombros y lo llevó hasta su casa. Allí, sobre una mesa, comenzó una nueva velación, la más anunciada de todas.
Isidoro tenía 42 años y hacía 7 meses había regresado a La Guaca, de aquí había sido desterrado, alguien lo quería matar desde entonces. Unos tipos lo fueron a buscar una noche a su casa pero patearon las puertas equivocadas, la de una casa vecina y a ‘El Cuba’ le dio tiempo de volarse. Fue cuando decidió apartarse, irse lejos para evadir sus ‘culebras’, poco después regresó convencido de que podía seguir viviendo tranquilo, pero no fue así, más temprano que tarde la muerte lo halló en el camino.

Todo comenzó en un fandango
La tragedia empezó hace 17 años. El 23 de enero de 1993, en el caserío El Tesoro, cerca a La Guaca, se festejaba un fandango y de la fiesta disfrutaba Marcelino, el mayor de los Hernández Herrera. La celebración terminó cuando el sonido de los balazos reemplazó el de la música. El saldo del repentino ataque de un grupo enloquecido de hombres armados fue de un muerto y varios músicos heridos, la víctima mortal fue Marcelino, quien en ese entoces tenía 33 años de edad. Marcelino padre, dice que nunca supo las razones de su crimen.

Las balas siguieron sonando
Tres años después, el 8 de diciembre de 1996, cuando en el caserío Buenavista se festejaba la tradicional Fiesta de la Concepción con el infaltable fandango, mataron a Antonio o ‘Toño’, de 34 años, el segundo de los hijos de Marcelino y Carmen. El amor de una mujer causó la tragedia. Un hombre dolido porque ‘Toño’ le arrebató ese cariño, lo mató a balazos esa noche de fiesta.

... Y quedó uno
Luis, tenía 45 años de edad y era el penúltimo de los hermanos. Alguien lo abordó una noche en el potrero que estaba entre su casa y La Guaca, el hogar de sus padres y su lugar de destino. Se escucharon varios impactos y minutos más tarde se dieron cuenta que lo habían matado. Fue un Martes Santo, el 7 de abril de 2009. Mataron a Luis y sólo quedaba uno, Isidoro, ‘El Cuba’, quien terminó cerrando este círculo trágico. A Marcelino Hernández y Carmen Herrera ya no le quedan hijos.
“Por ahí dicen que cada quien nace con su estrella y parece que esta es la de nosotros, no sé si será el destino”, sentencia Marcelino Hernández, tal vez resignado por esta suerte que le tocó vivir. “Esto ha sido dolor sobre dolor”.
Tal vez consciente de ese destino, Marcelino Hernández, compró cuatro espacios en el cementerio de San Pelayo y este jueves 26 de mayo completó el cupo, enterró a Isidoro, el último hijo vivo que le quedaba.


- A falta de 4 hijos, a Carmen Herrera y a Marcelino Hernández les quedan 14 nietos. Seis hijos de Marcelino, 4 de Antonio, 2 de Luis y otro par de Isidoro, los hijos que les tocó enterrar.